Empecemos por el principio. Mi nombre es Gul Hawkins (no, no es mi nombre real) y te voy a contar la historia de cómo empecé en la venta de libros. Llevo en este experimento desde 2014, cuando decidí poner en práctica esta idea. Los dos primeros años fui aprendiendo del negocio y llevando toda la operación desde casa. Vivíamos mi mujer, yo y mi hijo pequeño, literamente sepultados en libros para vender.
A medida que el negocio creció, tuve le suerte de que se uniera al proyecto George Gunn (no, tampoco es su nombre real…), que actualmente desarrolla muchas funciones en el negocio, pero vayamos por orden…
No voy a dejar mi empleo
Tengo un trabajo en otro sector no relacionado con la venta de libros. Me pagan un sueldo aceptable y me siento realizado profesionalmente. En mis planes a medio plazo, no contemplo la opción de dejarlo. Es una carrera profesional que disfruto y a la que he dedicado muchos años de mi vida. Mi puesto no está amenazado por ningún ajuste de plantilla en el futuro cercano y hay demanda del mismo tanto en mi país como fuera de él, si llegara el caso de que me viera obligado a emigrar.
En 2014, la situación era la misma: no buscaba dejar mi empleo ni cambiar de sector de forma radical. Lo que buscaba era alguna idea de emprendimiento de bajo coste (y por tanto, bajo riesgo) que pudiera compaginar con mi trabajo. Desde el año 2008 aproximadamente, me había ido convirtiendo en un friki ávido lector de libros de finanzas personales, economía y emprendimiento. Me resultaron fascinantes desde el primer momento ya que trataban temas que habitualmente uno no estudia ni en el colegio, ni en el instituto ni en la universidad.
Además, no podía evitar pensar que si no hacía nada, y decidía abrazar mi cómoda situación laboral, mi vida básicamente ya estaba escrita. Únicamente tenía que esperar el día de mi jubilación presentándome a trabajar puntualmente y después disfrutar de mi jubilación sin más (siempre que ese concepto continúe existiendo de aquí a unos años). Sólo de pensarlo me daban escalofríos. Hacía años que tenía inquietudes empresariales y llevaba tiempo buscando salida a esa afición sin tener que tomar una decisión drástica o abandonar mi empleo principal. Como ya he dicho, ésta era una operación pensada para explorar una fuente de ingresos complementaria. En el caso de que funcionara extremadamente bien, permitiría mayor flexibilidad también en mi empleo principal y ayudaría a reducir algo mi horario. En caso de que saliera mal, siempre seguiría conservando mi empleo y probablemente acabaría probando alguna otra cosa cuando me recuperara del fracaso. Ante todo, se trataba de comenzar un proceso de aprendizaje.
Los motivos que me impulsaron a emprender:
- Obtener una FUENTE DE INGRESOS COMPLEMENTARIA
- Generar valor para los usuarios de la empresa
- Aprender nuevas habilidades y conocer el mundo empresarial
Primero, no puedo dejar de incidir en la enorme importancia de generar múltiples fuentes de ingresos para obtener libertar financiera.
La seguridad económica que se puede alcanzar teniendo múltiples fuentes de ingresos redunda siempre en mayor tranquilidad personal ya que uno no se encuentra a merced de las exigencias de su empleador y su capacidad para imponer cambios en las condiciones laborales. Si eres asalariado, casi nunca tienes la posibilidad de negociar con ventaja mejores condiciones salvo que seas una pieza clave para la empresa. Del mismo modo, cuando nuestra dependencia al sueldo del empleador es total (ej: tenemos un nivel de gastos elevado, no tenemos ahorros, no hay otros ingresos en nuestra familia, etc. ) las posibilidades para el empleador de imponernos peores condiciones se multiplican, ya que no podemos arriesgarnos a perder el empleo. Además, nos la jugamos a que nuestro sector no se vaya a encontrar en dificultades en el futuro y la empresa tenga que cerrar.
Nunca debemos olvidar que la situación de asalariado nunca es tan segura como pudiera parecer en un principio. Esto ya lo dice Robert Kiyosaki en varios de sus libros (Ej: los archifamosos Padre Rico Padre Pobre y El cuadrante del Flujo del Dinero).
Segundo, la capacidad de generar valor, es una de las sensaciones más satisfactorias de iniciar un proyecto empresarial.
Cuando ves que tus productos comienzan a venderse, es una confirmación de que el producto que vendes tiene demanda, de que has conseguido superar a la competencia en ese instante concreto y de que lo que haces tiene valor para alguien. Ser capaz de generar esa pequeña actividad económica, por mucho que el producto se venda a 3 euros, es un refuerzo positivo para seguir afinando los procesos de la empresa. De alguna forma, valida nuestra idea de que los pasos previos tienen algún valor intrínseco. Ese feed-back es la clave para motivarnos a seguir.
En este negocio, no es necesario esperar mucho tiempo para comenzar a ver aumento de las ventas y comprobar el efecto de tu trabajo.
Tercero. No sé si esta será mi experiencia empresarial definitiva, pero desde luego, he aprendido muchísimo en el camino hasta aquí.
- Cómo competir con otros vendedores online teniendo tan poco catálogo
- Cómo ser eficiente con el procesamiento de los envíos para que no ocuparan horas de mi tiempo familiar
- Qué opciones logísticas tenían más sentido desde donde vivo.
- Qué plataformas son mejores para cada tipo de producto.
- Cómo almacenar los libros en casa para encontrarlos rápidamente.
- Cómo obtener buenas evaluaciones.
- Cómo aplacar la ira de los clientes cuando algo va mal.
- Cómo seleccionar mejor los libros que comprar.
- Cómo registrar las ventas y compras para tener una contabilidad inteligible.
Ésta es únicamente una lista pequeña de todas las cosas que hemos aprendido por el camino. Ha habido momentos difíciles, entre los cuales están dos bloqueos de la cuenta de vendedor de Amazon, pero salimos más fuertes y sabios.
El salto
El pequeño experimento empresarial comenzó con buen pie. Las ventas se incrementaban paulatinamente a medida que aumentaba el catálogo en el año y medio siguiente. No olvidemos que mi tiempo fuera del trabajo era limitado.
Ya empezaba a salir a cuenta dar el salto a la cuenta de vendedor profesional y convertir la experiencia piloto en una empresa. Esto nos permitiría acceder a precios de envío y precios en comisiones de las plataformas más competitivos. Además, era evidente que si quería que siguiera creciendo la empresa, sería necesario pensar en mayor escala para poder procesar los pedidos de forma más eficiente y al mismo tiempo, dividir las tareas.

Aquí es donde entra en escena George Gunn. Su casa está estratégicamente situada para el procesamiento de los envíos, tenía un espacio disponible para alquilarnos como almacén y tenía tiempo para ayudarnos con parte de las tareas. Desde su incorporación, el procesamiento y envío así como la mayor parte de la atención al cliente son suyas. Él se ha convertido en el experto en este área del negocio y su opinión de estos temas es la que suele prevalecer. También navega los mares de los trámites aduaneros con soltura, algo que yo desconozco por completo.
Desde el salto a vendedores profesionales, las cosas han mejorado. No hemos dado un salto estratosférico como el que publican otros vendedores online. No debemos olvidar, que aquí depende mucho del número de horas que dediques al negocio y de momento, esto sigue siendo una operación a una escala relativamente pequeña. Nos permite ganar un dinero extra pero no es suficiente para generar dos puestos de trabajo a tiempo completo. Seguimos encontrando límites de crecimiento difíciles de sortear sin una inversión importante. También estamos en una encrucijada sobre cómo dar el siguiente salto cualitativo y cuánto riesgo estamos dispuestos a asumir.
Los próximos meses prometen ser interesantes. Si quieres acompañarnos estás invitado.